Como un día cualquiera, te preparas para
darle la cara al mundo, para recibir ese día a día que todos esperamos con
interés, porque es una forma de mantenernos con vida, de decir, “aquí estoy yo,
viviendo mi experiencia y dejando una huella en el mundo”, por muy pequeña e
insignificante que parezca. Con las colas que se forman en el terminal para
poder agarrar la buseta y luego en El Mirador, en Capacho, en Peracal y hasta
en la misma entrada de San Antonio, más vale levantarse temprano si uno
pretende venirse el mismo día, porque son alrededor de 5 horas lo que se dura
en el viaje. Sí, superior al tiempo que uno dura haciendo una visita.
El trayecto continúa, haces la cola con
alrededor de 50 personas delante de ti, te enteras estando allí, que algunos
bajan a raspar los dólares CADIVI, otros bajan a vender la poca mercancía
venezolana que hay en los anaqueles, para ganar en pesos lo que invierten en
bolívares (sí, la ganancia es tremenda). Una de las modas del 2013 fue comprar
Ensure en Farmatodo y venderlo al triple en Cúcuta. Cuentan algunas personas
que quienes bajaban en carro particular llevaban el mercado incluso en el
caucho de repuesto que tenían en sus vehículos. En fin, otras personas bajan para hacer el conocido “cambiazo” otros
porque van a cobrar las remesas, otros viven allá y otros porque simplemente
van a visitar, trabajar o hacer otro tipo de negocios. Así es, de todo lo que
uno se entera en un microsegundo, prestándole atención al universo que lo
circunda.
La primera meta es entrar en la buseta, a
la que se estima, uno logre entrar, porque también en los alrededores hay
“zamuros o chulos”, esperando a que alguien se distraiga lo suficiente como
para meterse sigilosa y audazmente en la cola sin ser visto, tan solo por
personas de atrás, que a la larga, no son escuchados por los de adelante y
finalmente se dejan “colear” por otros que recién llegan. Tanto subiendo como
bajando uno se percata de que NO lo ha visto todo, así es, hay señoras que incluso
meten a sus niños entre los que están luchando por subirse en la buseta y dañan
a los pobres infantes, bebés en su mayoría. Otros inventan enfermedades de sus
hijos, sólo para subirse. Uno se da cuenta del ardid cuando la persona y su
hijo están tranquilos y de lo más relajados en la tremenda cola que se forma en
Peracal. Claro, como no hicieron cola. El caso es que a la final, todos llegan
a su destino, unos se dejan llevar por una sarta de palabras y un intercambio
de groserías que lo único que causa es risa entre los pasajeros.

Lo siguiente es la paciencia de esperar,
esperar y esperar en las largas e interminables colas que uno se encuentra en el
Mirador (yendo a San Antonio), y es que los huecos de la zona son una tremenda
limitación para uno poder llegar puntual. Las colas que se generan en Capacho
también alimentan la lentitud para que una persona NO pueda llegar a tiempo a
San Antonio o viceversa.
De camino a San Cristóbal
Se
sufre, pero en esa pequeña estadía de 3 a 4 horas que se tiene en el medio de
transporte uno busca la comodidad, puedes dormir y despertar en el mismo lugar
donde empezaba la cola. Sudas, te estresas, el sol pica, la piel se pone
pegajosa, los niños lloran y tú allí, sentado, con cédula en mano esperando a
pasar la alcabala más caliente de Venezuela, Peracal.
Luego de pasarla lo que
haces es aferrarte al puesto en el que vas y evitar que las curvas o la
velocidad con la que va el con ductor te pueda despegar del puesto. Buscas la
comodidad entre el calor de hace unos minutos con el frio que luego empiezas a
sentir cuando asciendes al Paso Andino. Cambios de temperatura que sin duda
alguna provocan una alteración en la salud y si tus defensas no son buenas,
pues lo más seguro es enfermar de gripe.
Por eso, para ir a San Antonio, uno debe
bajar y subir armado de paciencia, con buena hidratación o en su defecto
dinero, un suéter para abrigarse y protegerse del sol y buen libro para leer
durante las largas colas o al menos un acompañante conversador para tener una
espera amena y relajada.
QUE BONITO.. QUIEN LO HABRÁ ESCRITO!!! ♥♥
ResponderEliminarque lindo ♥♥♥
ResponderEliminarque bonito
ResponderEliminarEs una realidad lamentable porque así sea en carro particular no se escapa de las interminables colas y el abuso por parte de los funcionarios.
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