Una pregunta bastante sencilla pero muy
profunda a la hora de responder, se piensa, se siente, se vive la danza, así
empiezas a decirlo.
Luego lo sigues pensando. Rememoras cada
momento, cada instante vivido haciendo lo que más te gusta. Recuerdas conceptos
que otras personas tienen al respecto, buscas algún concepto que estandarice
todo aquello que sientes al expresar tus sentimientos a un público que lee cada
palabra dicha por tu cuerpo.
No es sencillo, te hundes en explicaciones
para poder dar a entender la emoción sentida ante cada elevación, cada paso. Esa
armonía que existe entre tu cuerpo y tus sentimientos.

En cada sitio al que vas, imaginas: “¿cómo
sería la vida si las personas se mantuvieran bailando al son que toque su
corazón?” bien sea caminando, cruzando la calle, haciendo una cola, andando en
una buseta, piensas ¿qué movimientos harían?, una idea bastante descabellada,
aunque no tanto si se tratase de un musical. Sin embargo lo piensas y suena
genial: vivirías la danza en su máxima expresión.
Posiblemente no todos tengan en cuenta la
trascendencia que ha tenido la danza desde los inicios de la humanidad, las
personas se comunicaban con sus dioses a través de un lenguaje corporal, que en
algunas ocasiones, y, entre otras cosas, sirvió para invocar al dios de la
lluvia.
Sin embargo, el ser humano quería más, fue
por ello que la danza se revistió de elegancia para entretener a las personas
que quedaban conmovidos de ver la emoción con la cual se comunicaban con el
dios de la lluvia o al momento de un ritual especial.
Posteriormente, y en Grecia, un gran
filósofo del mundo, contrarió esa idea de apoyar a los artistas que conmovían a
los espectadores con su manera de hacer danza, puesto que estos “mentirosos”
como los llamó Platón, alejaban a las personas del verdadero conocimiento que
acarreaba la filosofía, pero contrario a esto una producción cinematográfica alega
que “un artista usa mentiras para decir la verdad” V de Venganza.
Se puede decir, que no todos están hechos
para hacer danza, pero la danza sí está para todos. Pues no hay mejor manera
que expresar lo profundo de un sentimiento a través de las artes plásticas, hay
presentaciones de bailarines que te hacen llorar, hay poemas que te hacen
romper en llanto, hay pinturas que te sacan lágrimas por sólo verlos.
Lo cierto es que el arte está hecho para
decir aquello que sentimos de una manera sublime, pues las palabras son vanas
en sentimiento cuando se quiere expresar una emoción. El arte te conecta, pues
está en nuestra memoria colectiva, lo heredamos de nuestros antepasados: de sus
petroglifos, de sus danzas sacras, que expresaban las vivencias más sentidas y
puras de su ser.
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